Cambio radical

"Yo, te amo como el niño a su mañana.
Yo, te amo como el hombre a su recuerdo"

El tiempo y la vida se toman de la mano enamorados, se dan, se unen, se funden el uno en el otro. Y, a pesar de que ese amor los consume a ambos, es el motor que los mueve, que los impulsa, que hace que todo valga la pena. Es en esta unión, que otros llamarían confabulación, donde el destino pintado históricamente de gris, terrible e inflexible se convierte en mágico, alegre y lleno de colores.

Es el amor el artífice de cambios extremos. Trasforma rencor en perdón, dolor en reconciliación, lágrimas en sonrisas, y hace de este mundo cargado de muerte y violencia un lugar en dónde se puede vivir y ser feliz. Es también el que llega en un momento dado y cambia la vida completa, quita antiguos proyectos y construye nuevos, cambia claustro por libertad, compromiso por dedicación, y resignación por felicidad.

Hoy puedo mirar al pasado con una sonrisa en el rostro, repasar momentos compartidos, risas y lágrimas. Recordar el momento exacto en que, entre nerviosismo e ilusión, entre duda y convicción, una caricia y un beso dejaron de ser simplemente una caricia y un beso y empezaron a ser una razón para estar vivo.

Hoy puedo mirar el presente con ilusión, y el futuro con esperanza.

Y así, como el tiempo y la vida, tú y yo, tomados de la mano, hacemos del amor ese motor que mueve nuestras vidas y al destino aliado de esta historia de felicidad.