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Hoy fui testigo de un acontecimiento verdaderamente lamentable, y quiero compartirlo con todos ustedes: Venía caminando hoy temprano por San José, junto a mi madre y mi novia, luego de pasar la noche en una actividad en el Estadio Nacional. Cuando pasamos junto a la Panadería "Samuelito" (ubicada 100 metros al norte del Edificio de Correos en San José Centro, más exactamente en calle 2, avenida 3) decidimos comprar algo de pan para el desayuno. Y ahí fue donde sucedió todo.
Estaban varias personas esperando por sus compras en esta panadería cuando se aproximó un indigente, pidiendo de mano en mano alguna moneda o algo para comer. El hombre no pidió nada a ningún funcionario de la panadería, sino que pedía a quienes transitaban por ahí. Una empleada de la panadería en cuestión, como si se tratará de "espantar un perro" le dijo al hombre que se fuera, sin embargo, eso no fue lo peor. El "administrador" del lugar, sin tan siquiera esperar a ver si el indigente se iba a ir, tomó las pinzas con las que se sirve el pan y las aventó violentamente al indigente como si no se tratara de una persona, sino de un animal molesto que se debía desalojar sin importar la forma. Al tirar un instrumento de aluminio con toda fuerza, a una distancia de escasos metro y medio, efectivamente golpeó y lastimó al indigente, quien se fue lamentándose del golpe recibido.
Inmediatamente le reclamé al funcionario por lo que había hecho, y me respondió - literalmente - que a mí no me importaba. Le pregunté quien era el encargado del lugar y me dijo que él, pero que no me daría el nombre porque no me importaba lo que había pasado.
Una persona, a pesar de su condición de indigente, es -justamente- una persona, que no merece ser agredido ni denigrado por su condición. Y por otro lado, ¿cómo podemos quedarnos impasibles ante un "administrador" que no respeta a un cliente y que agrede sin compasión a alguien?
Obviamente no compré nada en ese lugar, y decidí no volver a adquirir nada en esa panadería. Por eso, aquí les hago un llamado, si en algún momento pasa por ese lugar y quiere comprar pan o repostería, hágalo en alguna de las otras dos panaderías que hay en esa cuadra; y por otro lado, demos a conocer este tipo de casos, para que tomemos conciencia y - ojalá - este inhumano que labora como administrador de panadería, tenga que pagar las consecuencias de sus actos.