Que el cielo exista

Conversaba el otro día con un amigo, súmamente aficionado a la lectura, de los libros que estamos leyendo, de los que tenemos en lista de espera y de los muchos que nos gustaría leer.

De este segundo apartado (lista de espera) mi lista se hace extensa, clara muestra de mi desordenada adicción por la lectura: desde "Carmilla" de Joseph Sheridan Le Fanu, pasando por libros de J.R.R Tolkien, C.S Lewis, Anne Rice ("Las Crónicas Vampíricas"), Stephen Hawking, pasando incluso por un Diccionario demonológico (sic) que tengo por ahí; y así, un largo etcétera que abarca varios títulos y autores.

En un momento de la conversación dije: "El cielo debería ser una biblioteca" (sí, ya sé que a muy pocos les resulta muy agradable la idea, por favor tómenlo como sentido figurado). Eso trajo a mi mente un relato extraordinario del escritor argentino Jorge Luis Borges llamado "La Biblioteca de Babel". Un enigmático y confuso (haciendo alusión al termino Babel, proveniento del hebreo y cuyo significado es "confusión") relato, alegoría de nuestro mundo. Para quien no lo haya leído, lo recomiendo vivamente (relato completo acá)

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"(...) El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Yo afirmo que la Biblioteca es interminable. (...)"

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"Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno".

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Y para ustedes, ¿cuál es esa actividad a la que le dedicarían todo el tiempo que pudieran por puro placer?